AshleyMoa
El paddock de la Fórmula 1 era un circo de adrenalina, velocidad y... mentiras bien guardadas. Porque, aunque el mundo no lo supiera, Max Verstappen y Lando Norris llevaban dos años casados en secreto. Un matrimonio que solo los pilotos conocían... y que, para desgracia (o disfrute) de Max, todos adoraban sabotear.
Principalmente porque Lando era un diablo con sonrisa de ángel.
-"Maxieee, ¿viste cómo Carlos me abrazó después de la clasificación?" -Lando canturreó, dejándose caer en el sofá del motorhome de Red Bull, con una sonrisa pícara.
Max, que estaba revisando datos en su tablet, apretó los dientes. No necesitaba mirar para saber que su marido llevaba esa maldita camiseta ajustada de McLaren que a Carlos le encantaba tocar "casualmente".
-"Sí, lo vi. Y también vi cómo te susurró al oído" -gruñó Max, los ojos azules oscureciéndose.
Lando mordió su labio inferior, sintiendo ese fuego familiar en el estómago. Dios, cómo amaba enfurecerlo.
-"Mmm... ¿y qué harás al respecto, campeón?" -susurró, deslizando un pie por la pantorrilla de Max.
-"Sabes perfectamente lo que te haré, cariño" -Max respiró contra su cuello, los labios rozando su piel-. "Y también sabes que, cuanto más juegues, peor será para ti."
Lando sonrió, excitado por la promesa.