Cuando Sophia se enteró por medio de documentación importante que una nueva alumna de intercambio entraría a Dream Academy, pensó en que tendría que prepararse adecuadamente para darle la bienvenida, pues al ser la presidenta del Consejo Estudiantil debía ser la imagen y la definición de la educación enseñada en la institución. Causar la mayor impresión con la menor intención. Sin embargo, los rumores sobre la todavía no ingresada empezaron a esparcirse como pan caliente por la mañana ni bien se supo que alguien nuevo llegaría. Palabras como "La sacaron por manipular a sus compañeros", "Fue bully en su anterior escuela", "Una chica se suicidó por su culpa" aumentaron la incertidumbre sobre si era realmente buena idea que ella, la señorita "perfecta", la mejor alumna de su clase, la presidenta Sophia Laforteza, fuera la primera persona en cruzarse en el camino de Daniela Avanzini. Solo que todo fue olvidado cuando sus ojos se vieron por primera vez. Daniela era como el pecado humanizado, un rostro angelical pero unos ojos profundamente posesivos. Una piel tersa, pero una dureza gélida. Y un cálculo cuidadoso, pero un tacto agresivo. Sophia veía bondad en todos, eso lo sabía hasta quien apenas la conocía. Mas no siempre debes dejarte llevar por lo que tu corazón te pueda decir y por lo que tu cabeza trate de hacerte ignorar. Daniela no es buena para Sophia. La estudiante de intercambio solo rompía a sus juguetes nuevos cuando los localizaba y hacía de todo para poseerlos. La presidenta no podía ser amiga de ella. Pero debieron ver a Sophia cuando Daniela la tuvo en sus manos por primera vez. Y ahora está atrapada en un castillo de arena con el título de "Para siempre" escrito con lágrimas. Y solo Daniela es quien puede derrumbarlo, solo para que Sophia vuelva a construirlo.

Solo citas incorrectamente correctas de seis chicas a las que se les dio por ser famosas.

Cuando yo era joven, mi mamá me dijo que todos nacemos superestrellas. Ella me rizaba el pelo y me ponía el pintalabios en el espejo de su habitación. No hay nada de malo en amar quién eres. Ella decía: "Porque Dios te hizo perfecta, corazón. Así que levanta tu cabeza, niña, y llegarás lejos." Escúchame cuando te digo que soy hermosa a mi manera, porque Dios no comete errores. Estoy en el camino correcto, cariño. Yo nací así.

Ellas nunca imaginaron que podrían sentir algo por alguien que estaba literalmente al otro lado del mundo, sin embargo, el destino les jugó una mala pasada. Porque no es posible que YoonChae y Megan, dos jóvenes que deberían estar experimentando el amor físico y presencial, tal como las tomadas inocentes de mano, los pequeños besos robados y las citas espontáneas, tengan interacciones solamente virtuales. Y claro que sus amigas se burlan de ellas, porque son tan tontamente adorables. "Enamoradas virtuales", ¿dónde se ha visto eso? Claro que no tienen la posibilidad como Manon y Lara que se mudaron juntas, o como Sophia y Daniela que tienen la posibilidad de costear boletos de avión para verse cada fin de mes. YoonChae y Megan no tenían la fortuna de poder verse seguido. De hecho, solo una vez se habían visto en persona, gracias a un viaje familiar de YoonChae a Hawaii, pero ni siquiera se habían hecho pareja para ese entonces. Lo bueno de todo esto es que, independientemente de las desveladas y que de forma obligada tuvieran que estar las veinticuatro siete pegadas al celular, los sentimientos son sinceros. YoonChae y Megan tienen una relación a distancia, pero es la relación más sana que cualquier persona pudiera conocer.