Gabriel28w
Dicen que antes de las primeras palabras, antes de la primera espada...
hubo un suspiro.
No de los hombres, ni de los dioses.
Sino de algo más antiguo:
un dragón cuyo corazón no latía por sangre,
sino por el alma de todo lo que siente.
Su nombre fue Thareon.
Y no era solo criatura ni deidad.
Era vínculo.
Era fuego convertido en compasión.
Era la memoria de lo que fuimos...
y la esperanza de lo que aún podríamos ser.
Cuando la oscuridad cayó sobre el mundo
-no una sombra, sino la pérdida de todo lo verdadero-
Thareon hizo un último acto de fe.
No lanzó llamas.
No blandió colmillos.
Creó un cristal.
El Corazón de Thareon.
Un fragmento vivo de aquello que no puede medirse con acero ni con hechizos:
el amor sin posesión,
la fe sin pruebas,
el sacrificio sin testigos.
Lo escondió donde solo los dignos pudieran hallarlo.
Lo selló con tres llamas.
Y dejó una profecía que muchos olvidaron...
hasta que el mundo volvió a doler.
Ahora, siglos después, cuando los reinos se desmoronan bajo su propia arrogancia,
cuando el alma pesa más que las coronas,
y los héroes no llevan armaduras relucientes...
el Corazón despierta.
Y con él,
tres caminos se cruzarán.
Un ladrón redimido por amor.
Un caballero dividido entre magia y deber.
Un príncipe marcado por el exilio y la culpa.
Tres portadores.
Tres pruebas.
Un solo legado.
Porque no es el poder lo que forja el destino.
Sino los lazos que se niegan a romper.
Y mientras el espiral se encienda,
y los Ecos sigan susurrando en las almas que aún resisten...
Thareon no ha muerto.