Wiintery
Jisung jamás imaginó que su primer año sería tan peculiar... Un amigo lleno de secretos, un admirador nada discreto y un chico con serias dificultades para relacionarse. ¿Qué podía hacer él -un simple hada de las estaciones, capaz de alterar el clima con el vaivén de sus emociones?
Todas eran distintas, pero iguales a su manera: hadas del agua, del viento, de los animales, de las plantas, del tiempo...
Y aunque sus dones variaban, todas compartían un mismo destino: «White Willow», la escuela de las hadas, donde los talentos florecían y el mundo mágico cobraba vida.