En las grietas del mundo que la humanidad cree conocer, existen monstruos. Criaturas antiguas, deformadas por el odio, alimentadas por el miedo. Y existen quienes los cazan. Christopher pertenece al Clan Umbrae: un linaje secreto de asesinos a sueldo, forjados para destruir lo que el mundo no puede comprender. Frío, letal, marcado por la traición y el silencio, ha aprendido a no sentir... hasta que la conoce a ella. Krista. La nueva cazadora. Bella, indomable, tan peligrosa como adictiva. Su llegada sacude los cimientos del clan, pero también los de su alma. Juntos serán obligados a cumplir una misión imposible: destruir a un monstruo que arrastra el origen de sus propias maldiciones. Pero lo que arde entre ellos será más salvaje que cualquier fuego infernal. Entre sombras, sangre y caricias clandestinas, nace un amor que desafía las reglas, el honor y la muerte. Y cuando todo esté perdido, solo quedará una promesa. Amarse... hasta que las sombras ardan.

Una historia narrada por Isabella Vitale Lo conocí cuando ya estaba prometida. A otro. A un hombre que no elegí. Un mafioso cruel, veinte años mayor, que mi padre me entregó como pago por nuestras tierras arruinadas. Pero entonces... apareció él. Angelo Moretti. El hijo del hombre que me reclama como esposa. Mi enemigo. Mi tentación. Mi perdición. Me miró una vez, y supe que ya no había retorno. Con solo un roce, mi cuerpo olvidó a quién le pertenecía. Con solo una palabra, mi alma comenzó a gritar que sos mío. Esta historia no es fácil. Es prohibida. Es salvaje. Es fuego entre ruinas. Y yo... yo no nací para obedecer. Nací para arder. Y si leés esta historia... no te va a tocar: va a poseerte. Va a susurrarte al oído que te desea... y no te va a soltar jamás.

Toda mi vida fui leal a un apellido. A un imperio hecho de sangre, silencios... y poder. Soy el hijo de Vittorio Moretti, el hombre más temido de toda la Toscana. Y estoy acostumbrado a tomar lo que deseo. Hasta que apareció ella. Isabella Vitale. La hija del hombre al que mi padre humilló. La prometida de mi padre. La mujer que no debía mirar. La única que no puedo dejar de desear. La vi una vez... y supe que iba a desobedecerlo todo. Ella es fuego. Rebelde. Peligrosa. Y no me importa cuántas promesas tenga que romper, cuántos pecados tenga que cometer. Porque Isabella no va a ser de él. Sos mía, le susurré con los dientes apretados. Y juro por lo que soy... que nadie más la va a tocar.