"Tú te has infiltrado en mi territorio, yo lo haré en tu piel" ..... Gi-hun, un reconocido policía se infiltra en la organización de narcotráfico más peligrosa de Corea del Sur con una misión clara: destruirla desde dentro. Lo tiene todo bajo control hasta que conoce a su líder. In-ho, frío, calculador, implacable...y jodidamente encantador. No estaba en sus planes enamorarse de él. Ahora, Gi-hun no sabe si traicionarlo y cumplir con su deber...o revelarse y protegerlo.

Él es el rey de la mafia. Él, un omega que juro huir de ese mundo. Pero el destino los une en una historia donde el amor y la obsesión se confunden, y escapar ya no es una opción.

Lo tenía todo. Una familia que me amaba, una universidad que prometía un futuro brillante, amigos que reían a mi lado y... un amor que me hacía creer que el mundo era un lugar seguro. Pensaba que mi vida sería como esos cuentos de hadas que terminan bien, donde todo encaja y la felicidad es algo eterno. Había soñado un porvenir, no solo para mí, sino para mis padres, mis hermanos... para todos nosotros. Pero los sueños son frágiles. Y a veces, basta un instante para que todo desaparezca. Perdí todo. Mis metas, mis amigos, mi hogar, mi amor. Y lo peor de todo... perdí a mi familia. Aquel día permanece grabado en mí con una nitidez cruel. Como si el tiempo se hubiera detenido para no dejarme olvidar. Fue el día en que mi vida se quebró, el día en que me arrebataron lo que más amaba. Nunca pensé que algo así pudiera sucederme. Nunca imaginé que el dolor pudiera llegar a ser tan profundo. Han pasado cuatro años, pero el recuerdo sigue ahí, intacto. Y no se irá. No hasta que encuentre al hombre que lo hizo. Al asesino que destruyó mi mundo. No descansaré hasta tenerlo frente a mí. Tuve que renunciar a todo, mis estudios, mis sueños, mi futuro... y también al amor de mi vida. Tuve que dejarlo todo para perseguir una única cosa venganza. Me duele. Cada día. Pero es el único camino que me queda si quiero recuperar aunque sea una parte de lo que fui. Y lo haré. Aunque me consuma en el intento.

Lee Byung-Hun y Lee Jung-Jae se conocen desde hace 30 años, pero se vuelven más cercanos gracias a un éxito proyecto: El Juego del Calamar. Sin embargo, estarán en un conflicto cuando los fans de aquella serie empiecen a sospechar de que existe algo más que una simple amistad... detrás de cámara.

Gi-hun quiere un cachorro, actualmente tiene 25, casi 26, años. Un trabajo estable, buenos ahorros, una vida tranquila. Es feliz con eso, o eso creé, hasta que quiere un cachorro, no entiende porqué cada vez que sale al parque mira con anhelo a las madres que pasan por allí con sus cachorros. Puede que tenga a lo que llaman "fiebre de cachorros", pero sinceramente no le importa, el ahora solo quiere un cachorro, y no le importa con quién. No necesita de un estúpido alfa, nunca lo ah necesitado, tampoco lo quiere, solo quiere un cachorro. Y lo más fácil para tenerlo es ir a un bar y acostarse con un alfa, no le importa el alfa, solo tenía que ser uno y ya. ¿Que podría salir mal? - Créditos a Zaorycast Me encantan sus ideas e historias

Gi-hun tenía en claro que no debía ver aquello, mucho menos sentirse excitado por un hombre. Pero esa mirada, su cuerpo y como lograba moverse lo dejaban conquistado. --- ADVERTENCIA ‼️ TODOS LOS PERSONAJES EN LA TRAMA TOTAL DE LA HISTORIA SON MAYORES DE EDAD. Esta historia tiene contenido explícito (demasiado), si no es de tu agrado eres libre de ignorar esto y no leer, por favor no denuncies. La historia, trama y portada son de mi autoridad, al contrario de los personajes pertenecientes a Hwang Dong-hyuk.

No te busqué, pero ahora no puedo dejarte ir.

In-ho era, para muchos, un enigma con piernas largas y una sonrisa peligrosa. El alma de cada fiesta, capaz de encender el ambiente con un simple chiste. Tenía esa clase de encanto natural que hacía que las chicas lo siguieran con los ojos y se rieran de cosas que, en boca de cualquier otro, sonarían absurdas. Peleador de MMA en sus ratos libres, sosteniendo la disciplina y adrenalina en el mismo cuerpo. Pero en la escuela, frente a los maestros y, sobre todo, delante de sus padres, era otro. El hijo ejemplar, el alumno aplicado, el chico que levantaba la mano con respuestas siempre correctas y que recibía elogios por su responsabilidad. Era querido por todos. Su doble vida era un secreto tan bien cuidado que parecía natural. Gi-hun, en cambio, nunca supo fingir. Tenía problemas con las matemáticas desde el primer año y sus notas eran el reflejo de un esfuerzo que nunca alcanzaba. Los números lo atormentaban, los problemas de física eran un muro que no podía escalar. Pero nada de eso le importaba demasiado, porque su mundo giraba alrededor de otra cosa: la música. Con una guitarra colgando al hombro y callos en las yemas de los dedos, Gi-hun soñaba con formar una banda, con subirse a un escenario y perderse en los acordes. Era su única meta clara, el fuego que lo empujaba a seguir adelante aunque todo lo demás se le escapara de las manos. Lo curioso era que ambos habían caminado por los mismos pasillos durante toda su vida. Desde el jardín de infantes hasta la secundaria, compartieron clases, patios y recreos. Pero nunca cruzaron palabra. Eran dos planetas girado en la misma órbita sin tocarse, cada uno demasiado ocupado en su propio universo. Hasta que un pequeño accidente (de esos que parecen insignificantes al inicio) y un proyecto escolar para el fin de año cambiarían esa distancia. El destino, caprichoso, los obligaría a mirarse, a descubrirse, y a compartir algo más que los corredores de la escuela.

Adhesión es un termino que se utiliza en la física para describir la fuerza de atracción que mantiene unidas moléculas de distinta especie química. Seong Gi-hun (18 años, volvió a clases tras dos años fuera del sistema escolar) está en una etapa de reconstrucción personal. Tras la muerte de sus padres a la edad de 16 años. Tener que cuidar de su hermana menor, Ga-Yeong, era más difícil de lo que el creía, por lo que se reincorpora al sistema educativo, se siente fuera de lugar, pero tiene ganas de cambiar. No sabe mucho sobre su orientación sexual, y no está buscando amor... solo sobrevivir al nuevo comienzo. Hwang In-ho (17 años) lo nota desde el primer día. Es alguien sensible, maduro para su edad, y reservado. No es el típico personaje extrovertido: se ve tranquilo, pero hay una tristeza detrás de sus ojos. Él fue herido profundamente en una relación anterior con otro chico: fue usado por su posición económica, lo que le causó un gran daño emocional. Cuando ve a Gi-hun, siente algo inmediatamente: hay una conexión genuina. Pero también siente miedo. Se promete a sí mismo que no se va a enamorar otra vez. No quiere pasar por lo mismo. Así que intenta mantener distancia. Sin embargo, cada encuentro con Seong lo derrumba poco a poco. Holaa, esta es mi primera historia, se me ocurrió esta idea para una historia y necesitaba compartirla, aclaraciones: Contenido: homofóbico, racista, xenofobico, transfóbico, clasista, narcisista. ¡No recomendado para personas sensibles! Alteración de las edades. ¡Recordar que en Corea la homosexualidad no es bien vista por la sociedad!

In-ho ya sabia quien iba hacer su nuevo juego, cuando vio entrar a aquel chico al salón, un chico regordete de mejillas rojas, nunca había visto a alguien tan chistoso andar, claro que iba hacer su nuevo juguete... Te quiero solo para mí Gi-hun! exclamo In-ho mientras miraba fijamente a los grandes ojos del chico. Oh no In-ho que pasó?, acaso te enamorarte del chico regordete? •Alteración de edades •Comentarios y vocabulario grosero y explícito •Cambios de apariencia •+18