Dicen que las guerras más crueles no comienzan con pólvora, sino con miradas. Que no son las balas las que rompen un imperio, sino los secretos que nadie se atreve a pronunciar. Y la de ellos comenzó así. Entre el humo de una tregua rota y el eco de promesas que nunca se dijeron en voz alta ♡ Él era un Moratti. Ella, la menor de los Ricci. Él cargaba fuego. Ella lo miraba como si pudiera apagarlo. Ambos se encontraron cuando no debían. Cuando la edad era un abismo y la paz, una mentira sostenida con hilos de miedo. Él tenía las manos manchadas de sangre. Ella, un corazón aún intacto. Pero las leyendas no nacen de lo correcto. Nacen del caos, de lo prohibido, de lo que arde y no se apaga fácilmente. Y en medio de dos familias enemigas, pactos sellados con cadáveres, y un linaje escrito con cuchillos, dos almas encontraron algo más letal que la muerte: el amor. Esto no es una historia sobre finales felices. Es una sobre todo lo que tuvo que romperse para que dos corazones -rotos, manchados, condenados- se atrevieran a latir al mismo ritmo. Esta es la historia de ellos. De cómo una guerra nació con una caricia. De cómo el amor puede oler a pólvora. Y de cómo, a veces... la única manera de amar, es destruyéndolo todo.