En las ruinas de Shinjuku, el joven hechicero Yuji Itadori se enfrenta al Rey de las Maldiciones, Sukuna, en un combate final y desesperado. Dentro de un dominio onírico y cambiante, la batalla alcanza un clímax brutal donde cada golpe acerca a ambos a la aniquilación. Un engaño revelado y la intervención de aliados le dan a Itadori una oportunidad fugaz contra el poder ancestral de Sukuna. Finalmente, un golpe devastador logra separar al Rey de las Maldiciones de su huésped. Sin embargo, en el silencio posterior a la tormenta, mientras la presencia de Sukuna se desvanece, el destino de Itadori se torna ambiguo, su aliento final mezclándose con el polvo de la devastación, dejando tras de sí la incertidumbre de si su sacrificio fue el final o el preludio de algo más.

En el universo de Jujutsu Kaisen, Yuji Itadori, estudiante de hechicería, representa la nobleza. Es un ser bondadoso que arriesga su vida por los inocentes, la personificación del bien. En contraste, Ryomen Sukuna es la oscuridad pura, un ser de destrucción cuyo único deseo es el caos y la aniquilación; la viva imagen del mal. Desde siempre, el bien y el mal han coexistido, manteniendo un equilibrio intrínseco a la naturaleza humana. Sin uno, el otro carecería de sentido. Pero, ¿qué sucede cuando estos dos conceptos se unen en un solo ser? ¿Cuando la mente y el alma de un demonio como Sukuna se funden con la benevolencia de un Itadori? La fusión de estas fuerzas opuestas en un solo ser plantea la pregunta fundamental: ¿Puede el bien prevalecer cuando la maldad absoluta reside en el mismo cuerpo, o la oscuridad terminará por consumir la luz? La respuesta yace en la compleja danza de esta aterradora unión.

¿Que creen que causara un espartano en un mundo de héroes? Después de ciertos sucesos con los Dioses Esir son transportados a otro mundo, donde quizá encuentren paz y amor, algo que por tanto tiempo el espartano buscó

En medio del caos de Shinjuku, Choso cae protegiendo a su hermano Yuji. Pero la muerte no es el final. En un lugar extraño, donde el océano toca el cielo y el tiempo parece detenido, alguien lo espera. Voces familiares, rostros que creía perdidos... ¿Es este el fin, o el inicio de algo más? Un reencuentro marcado por la culpa, el perdón y la promesa de caminar juntos una vez más para tener una nueva vida no como maldiciones sino como humanos