Neil está atrapado en una manada violenta que le utiliza para ganar dinero en peleas de perros. Le han quitado todo, incluso la esperanza. Hasta que sucede algo imperdonable, algo que le destroza, y huye tan lejos como puede. Perdido y solo, llega hasta una universidad donde un grupo de jugadores de baloncesto le acogerá y le dará una segunda oportunidad a su vida, pero no saben todos los secretos que guarda ni que le persiguen. ¿Qué pasará si se enteran? ¿Y si su manada le encuentra y los pone en peligro? También puede leerse en este blog: https://fanficallforthegame.blogspot.com/ * Esta novela es un fanfic de la trilogía All for the game, La madriguera del zorro, centrada en la relación entre Neil y Andrew. * Tiene toques de urban fantasy, es una versión muy libre de la historia. * No aparecen todos los personajes originales, solo mis favoritos. * Tiene escenas eróticas.

"Ninguno de los dos son sutiles," se queja Aaron. "Toda la escuela está esperando que jodan ya." "No quiero follar con él, Aaron," grita Andrew. "Quiero tener citas con él, y tomar su estúpida mano y luego follarlo. A largo plazo. Quiero ser su novio, quiero que sea mi novio. Un día quiero ser Sr. Andrew Minyard-Dobson-Josten."Autor: sporadichearttcollector Traducción: pipexdreams Link de la historia original: https://archiveofourown.org/works/18679225 Portada: @NatalySil Thank you to the incredible sporadichearttcollector for letting me translate some of my favorites OS♡.

Una boda, muchos tropiezos, vodka de por medio y un campeonato perdido que termina en tragedia. Dalel cree con firmeza que su vida no puede ir peor después de eso, sin embargo, olvidó manifestar con fuerza y, en consecuencia, tiene a un ruso, que también es su rival, parado en la puerta de su casa, esperando a que le deje pasar para empezar con las negociaciones de paz entre ellos. De simples desconocidos a estudiante y maestro. Por dentro Dalel quiere morirse y gritar, en especial porque se ha retirado del deporte luego de su lesión, por fuera, finge alegría por Niko, quien lo observa con unos ojos tan azules que ningún mar Mexicano puede hundirlos en sus aguas.