Alba Reche es una joven camarera de 21 años. Ciertos errores en su vida han llevado a que viva casi esclavizada entre las cuatro paredes de su propia casa. Natalia Lacunza es una alma perdida. Ha perdido el trabajo cómo policía y únicamente vive por y para fumar y beber. ¿Podrán encontrarse y salvarse? Aviso: Contenido con violencia, agresiones sexuales y humillaciones. Si eres sensible no es una novela recomendada para ti.

La gran escritora sin cara deja sin palabras a 2.300.000 lectores." Periódico El País.

¡FIC A LA CARTA! Crees que lo tienes todo. Desde un apartamento precioso en una de las mejores zonas de la capital española, unos amigos que valen más que el oro en la compra-venta, un trabajo de ensueño y casi todo lo que se te pasa por la cabeza. Hasta que... ¡pum! Aparece alguien que no solo pone tu vida patas arriba, también llega para ordenarla y harás todo lo posible para que se quede, para quedarte y quedaros a pesar de todo.

Alba Reche es una mujer que tiene un plan a largo plazo, conseguir el trabajo perfecto en una de las agencias de publicidad más importantes del país y casarse con su novio del instituto. Natalia Lacunza es una mujer que vive al día, su único objetivo real en la vida es hacer música y vivir de ella. Por eso pone todo su empeño en tocar en los pocos bares de Pamplona que le dan una oportunidad, pero eso podría cambiar si el golpe de suerte que lleva tiempo persiguiendo se hace realidad. Alba y Natalia no deberían haberse conocido y mucho menos haberse acostado, pero cuando por la mañana amanecen desnudas en la misma cama queda claro que las cosas no son siempre como se supone que deben ser. Una noche que altera el destino de las dos y que las llevará a emprender el viaje más importante de sus vidas. 36 horas que lo cambiarán todo para siempre.

Alba y Natalia se odian a muerte, pero para su desgracia, sus padres son mejores amigos desde la escuela y toda su vida se han tenido que soportar. Para colmo, todos los años ambas familias tienen la tradición de irse juntas a una casa rural para pasar el fin de año. Están obligadas a ir y a pasar esa semana entera conviviendo bajo el mismo techo. ¿Qué podría salir mal? Pues todo. Todos los años acababan literalmente agarrándose de los pelos. Pero este año se iba a desatar la verdadera locura. 🔥

Cuando su mejor amiga le pide ayuda para ligar por Tinder, a Alba Reche no le queda más remedio que aceptar. ¿Qué tal se le dará ser Cupido?

¿Cómo sería que alguien, sin darse cuenta, te ayudara a cumplir esos sueños imposibles? ¿Cómo sería darte cuenta de que hay algo, o alguien, ahí fuera que merece que dejes de buscar excusas? ¿Cómo sería dejar que lo que parece imposible suceda? Sería algo parecido a esto.

Natalia Lacunza lo tiene todo. Futura heredera de una de las bodegas más prestigiosas del país, joven, inteligente, rica y atractiva, ve como la vida pasa por su lado sin poder disfrutar plenamente de ella. Una vivencia en su pasado, maniata su capacidad de entregarse física y mentalmente a otras mujeres, cuando en medio de su controlado mundo de supervivencia, Alba Reche, una inusual y carismática mujer, se cruzará en su camino de la forma más inverosímil, abriéndole una puerta que no creía necesitar. Juntas entablarán una relación comercial que las arrastrará sin esperárselo a profundizar en sus miedos y verdades. Algo que parecía fácil y seguro, se convertirá en el huracán que arrasará por completo sus cómodas vidas. Reedicion fic Hospital Central.

Natalia Lacunza es la modelo perfecta. Alba Reche es una fotógrafa peculiar experta en desnudar a las modelos perfectas a través de su cámara. ¿Lo conseguirá con ella?

Alba Reche sacaba la lengua cuando estaba concentrada, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche tenía las pestañas tan largas que le rozaban los párpados cuando tenía los ojos abiertos, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche tenía una constelación de lunares dibujada en su cuello, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche se empeña en ignorarme, en no dejarme entrar en su vida. Pero yo, que me la quiero comer a besos, sabía que nuestros caminos tenían que cruzarse. Y lo hicieron.