suvaleroP
Amar a un vaquero de rodeo fue como bailar con la muerte: intenso, salvaje y fugaz.
Yo lo vi entregarlo todo en la arena, con el corazón tan indomable como el toro que intentaba domar... y también lo vi caer, en cámara lenta, mientras mi mundo se desmoronaba.
Ahora, llevo dentro de mí la última huella de su vida: nuestro hijo.
Un recuerdo vivo de un amor que me marcó con fuego, con pasión y con dolor.
Esta no es solo la historia de cómo lo perdí...
Es la historia de cómo amé al hombre más libre y más valiente que jamás conocí, aunque el precio haya sido quedarme sola entre el polvo y la sangre.