No sé si esto que escribo son poemas, frases, confesiones o reflexiones, quizá solo son palabras que necesitaban en un cuerpo caer. Esta bitácora no sigue una ruta geográfica, pero si filosófica, donde surge el porqué de los sentimientos, el porqué de la vida y el porqué de nosotros mismos. Estas crónicas no tienen un viaje tan largo: En la primera parte, el amor aparece como una revelación: suave, a veces salvaje, siempre transformador. En la segunda, el desamor lo convierte todo en sombra, memoria, y ceniza. Y en la tercera, se escribe desde un lugar más crudo: la vida como es, sin adornos; los días sin nombre, los temblores internos, los monstruos que nadie ve. Y si en alguna página te encuentras a ti misma, dejame decirte, que esto, habrá valido la pena. -Ale Valmoré. Con ustedes la primera parte: "El Amor".

A veces, gritar no es alzar la voz. Es dejar de callar. En un mundo que la ha enseñado a callar, Malia ha olvidado cómo nombrar lo que siente. Ha aprendido a ocultarse detrás de silencios y sonrisas vacías, creyendo que guardar sus emociones es la única forma de sobrevivir. Pero cuando el pasado regresa con preguntas sin respuesta y heridas abiertas, su mundo comienza a resquebrajarse. Mientras explora los fragmentos de su historia, Malia descubrirá que hay fuerza en la vulnerabilidad, y que a veces, encontrar la voz es el primer paso para sanar. "Hablar no siempre salva, pero callar siempre rompe."

En un pueblo donde el tiempo se detuvo sin razón aparente, vive Anthonio ,un viejo relojero que no repara relojes comunes, sino aquellos que guardan los últimos latidos de las personas que han partido. Cada uno encierra un suspiro perdido, una emoción no dicha, un adiós que nunca llegó. Una noche, una niña sin voz llamada Noa llega al pueblo en busca del reloj de su madre, fallecida en silencio. Pero su reloj ha desaparecido, y para encontrarlo, Noa y el relojero deberán adentrarse en un bosque donde el tiempo duerme, guiados por un cuervo. Una verdad late bajo la piel del pasado. El Relojero de Almas es un cuento oscuro y poético sobre el peso del silencio, la memoria escondida en los engranajes del corazón y el poder de una sola palabra cuando el mundo ha olvidado cómo hablar.

¿Cuantas veces se puede romper a una persona antes de que ya no sepa cómo volver a amar? Iliana era la psiquiatra con las palabras correctas y la mirada impenetrable. Nathanael, su paciente más joven y peligroso. Durante meses compartieron silencios que decían más que cualquier diagnóstico, hasta que ella lo echó sin explicación. Años después, los roles se invierten: él ya no necesita ayuda, y ella ya no puede esconder su fractura. El reencuentro no es dulce. Es una herida mal cerrada. Entre ellos ya no hay futuro. Solo un pasado que arde. Porque hay personas que entran en tu vida para salvarte. Y hay otras que vuelven para demostrarte que el amor también puede ser una forma de venganza.