Rowan Ashbourne tiene dieciséis años y cursa su primer año de preparatoria. Desde que perdió a su madre a los trece, el mundo dejó de brillar como antes. La tristeza se convirtió en su sombra, y la vida... en algo que ya no estaba segura de querer vivir. Callada, arisca y con el corazón hecho pedazos, ha aprendido a esconderse detrás de una mirada fría. Pero entonces aparece Noah Prescott. Rebelde. Sarcástico. Lleno de silencios que gritan más que las palabras. Él también carga con su propio infierno, aunque se empeñe en fingir que nada le duele. Rowan lo detesta. Hasta que un proyecto escolar los obliga a convivir. Y poco a poco, entre discusiones y miradas que se detienen más de la cuenta, la barrera entre ambos empieza a desmoronarse. ¿Podrán dos almas rotas enseñarse a vivir otra vez? ¿O el pasado será demasiado fuerte como para dejarse amar?