𝐿𝐴𝐺𝑈𝑁𝐴𝑆 Hay lagunas en el tiempo, esos espacios en blanco donde los recuerdos se diluyen y el corazón guarda secretos que ni siquiera sabe cómo revelar. Nahomi y Daniel vivían rodeados de esas lagunas, heridas silenciosas que los alejaban y a la vez los acercaban sin saberlo. Se encontraron por primera vez en medio de un mar de gente, un instante fugaz que pareció eterno. Sus miradas chocaron como dos imanes que se rehúsan a soltarse, aunque ninguno estuviera listo para admitirlo. Y en cada encuentro posterior, entre risas nerviosas y silencios cómplices, fueron descubriendo que a veces, lo que más duele no es olvidar, sino no saber cómo llenar esas lagunas del alma con un amor que valga la pena. Porque en el fondo, ambos sabían que el verdadero viaje no era hacia adelante ni hacia atrás... sino hacia el otro