Un simple juego de consola se convirtió en una sentencia de muerte.

En la oscuridad de la noche el la asecha, en su mente se cruzaban mil ideas de lo que podria hacerle. Anhela destrozar su cuerpo y embriagarse en ella. Todo en ella es extraño pero le fascina. La quiere solo para el, la necesita solo para el. No puede estar sin ella, pero ella no quiere estar con el.

Nunca imaginé que perdería el control de esta forma. Al principio, solo era un paciente más... uno entre tantos. Pero había algo en sus ojos, en su silencio, en esa manera extraña de observarlo todo como si siempre supiera más de lo que decía. Me adentré sin quererlo en su mundo, y para cuando quise darme cuenta, ya estaba atrapada. Mi nombre es Alexandra Morel. Soy médica en una institución donde la cordura pende de un hilo y donde los secretos se ocultan bajo pastillas y puertas acolchadas. Lo que comenzó como un interés clínico se volvió deseo, luego obsesión, y finalmente algo que ya no puedo nombrar. Entre el miedo y la atracción, entre caricias robadas y mentiras compartidas, me dejé llevar. Él tenía un propósito. Yo solo era una pieza más. Pero aún así, me aferré a cada roce, a cada palabra entrecortada, como si eso pudiera salvarme. Ahora, mientras escribo esto, ya no sé si quiero huir o quedarme atrapada en sus brazos por última vez. Porque esto no es una historia de amor. Es una historia de dependencia, de juego sucio entre el deber y el deseo. Y aunque sé cómo termina, sigo deseando que no acabe.

Hola, ¿quieres escuchar una historia? Si es asi... ven y escucha mis macabras historia. Después de todo, yo tengo muchas para contar.