El prólogo: El amor es un laberinto de espejos. Cada reflejo te muestra lo que quieres ver, lo que anhelas, lo que duele. Para Tomás, el espejo era Rodrigo, un amor que parecía un cuento de hadas, lleno de sonrisas y mariposas en el estómago. Pero para Rodrigo, ese espejo reflejaba a Iván, una obsesión silenciosa que lo consumía por completo. Y, sin que nadie lo supiera, Iván veía su propio reflejo en el doloroso anhelo de Tomás. Este no es un cuento de hadas, es una historia sobre tres almas perdidas en un laberinto sin salida. El amor no es la solución, es el problema. Y cada paso, cada confesión, cada mentira, los empuja más y más al borde del abismo. Si quieres saber como termina este incendio del vacío, sólo entra y descubre la verdadera complejidad de las relaciones humanas, y de lo que verdaderamente puede llegar a ser el amor: Un abismo sin salida.