¡Detestame!
El se acerco a ella, despacio, sin hacer ruido, con tanto sigilo como cuando un leon acecha a una de sus presas pero con esa cierta dulzura y suavidad cual pluma desciende por el aire en una mañana de verano. Ella a centimetros de el, le paso el humo de su cigarro,se observaron los labios ,frente a frente no podían ag...