ALEX_016
- Reads 842
- Votes 56
- Parts 18
---
A veces me pregunto cómo habría sido mi vida si no me hubiera dejado llevar por mis emociones aquel día fatídico. Si tan solo hubiera tenido la fortaleza para resistir, quizás no sentiría que mis sueños se han desmoronado como un castillo de naipes. En esta casa, que solía ser un refugio, ahora me siento atrapada, como si las paredes estuvieran cerrándose a mi alrededor.
Sin embargo, a pesar de la tristeza que me envuelve, hay un rayo de luz: mi pequeño. Su risa es un eco de esperanza en medio de mi desconsuelo. Doy todo por él, pero a menudo me encuentro llorando, recordando al hombre que me robó el corazón y que, irónicamente, también lo destrozó. Cada vez que miro a mi hijo, veo su reflejo, y eso me duele más de lo que puedo expresar.
¿Volveré a encontrar la alegría en mi vida? Si el destino me reuniera con el padre de mi hijo, ¿qué haría? ¿Aún guardo amor por él o es solo rencor lo que siento? ¿Debería ofrecerle una segunda oportunidad, o sería mejor cerrar esa puerta de una vez por todas, aunque me duela? Él se marchó a seguir sus sueños, mientras yo me quedé aquí, estancada en un mar de incertidumbre.
Cada día es una batalla entre el amor que aún siento y el dolor que me ha dejado. Quiero ser fuerte por mi hijo, pero a veces la carga es abrumadora. El tiempo, que dicen que sana, también me recuerda lo que he perdido y lo que nunca volverá.
En el fondo, guardo un pequeño resquicio de esperanza. Quizás, un día, pueda sonreír de nuevo, no solo por mi hijo, sino también por mí misma.
---