(Libro 1 Serie Bad Things) «Él cree que tiene el control, pero... ella nunca ha jugado según sus reglas» *** [+18] Hayes Seaton es el audaz y atractivo capitán del equipo de baloncesto de Horizon University, conocido por su carisma arrolladora y su gran destreza en la cancha como fuera de ella. Para él no existe la palabra «obstáculo» en su vocabulario. Para él no hay desafío que no pueda superar. Sin embargo, su vida se complica constantemente debido a Blair Di Laurentis, la ambiciosa y seductora estudiante de arquitectura que desde hace años no deja de ser una persistente piedra en su zapato. Blair, con su aparente inocencia y deslumbrantes ojos esmeralda, esconde una determinación feroz y una inteligencia afilada que la convierte en una adversaria formidable para el.... a quien le encantan los retos. Ambos se desprecian abiertamente: ella lo detesta por su arrogancia y prepotencia. El la odia por su inocencia manipuladora y su molesta habilidad para meterse como quiera bajo su piel. No obstante, bajo esa superficie de desdén y confrontación continua, hay una tensión innegable que es imposible de ignorar. Que chispea en cada encuentro. Cada cruce de miradas. Cada roce.

(Libro 2 Serie Bad Things) «El está acostumbrado a que las mujeres no se le resistan, pero con ella... es al revés» *** [+18] Samuel Ashford es el mujeriego y libertino por excelencia del equipo de baloncesto de Horizon University. Con un talento para atraer a las personas, la vida le sonríe a cada lugar que va, las chicas suspiran por él y las fiestas lo aman. Excepto, que las últimas dos cosas cambian en una fiesta: Una rubia de pecas, no suspira por él y lo abofetea por pensar que tocó el trasero de una de sus amigas. Cambio drástico para el mayor playboy del campus. Sobre todo, cuando se convierte en la nueva romiee de sus amigos. Elsie Graves viene escapando de los problemas cuando se enfrenta a uno sexy y atrevido que no deja de llamarla encanto y coquetearle descaradamente en sus narices. Sin embargo, ella sabe que Sam bromea. Ella es la regla, no la excepción. Además, tampoco está en condiciones para enredarse en un lío amoroso, menos con él. Pero cada vez que pasa más tiempo junto a Sam le acecha un mal presentimiento. Pueda que sea verdad. Puede que él no esté bromeando. Puede que, de verdad, ella sea la excepción.