Obras de arte
3 stories
Nacer antes del amor _ PerthSanta by Ghelix
Ghelix
  • WpView
    Reads 51,906
  • WpVote
    Votes 5,475
  • WpPart
    Parts 43
Una noche. Un celo. Un error. Santa sabía que no debía quedarse en esa fiesta. Y mucho menos encerrarse con Perth. Pero lo hizo. Y ahora, semanas después, un test de embarazo cambia todo. Perth no quiere ser padre. Santa no quiere ser marcado. Ambos quieren huir, pero hay un problema: ya están atados. Esta no es una historia de amor. Es una historia de lo que pasa cuando no te queda otra que crecer.
Mi Princesa  ||Fortpeat|| by _watermesugar_
_watermesugar_
  • WpView
    Reads 19,192
  • WpVote
    Votes 1,334
  • WpPart
    Parts 82
Desde niño, Peat aprendió lo que era la soledad: perder a su familia en un accidente lo dejó sin rumbo, hasta que en el hospital conoció a Fort, un alfa de mirada oscura que sin querer se convirtió en su refugio. Desde entonces, el destino los unió en un amor tan profundo como tormentoso, capaz de sobrevivir al dolor, al abandono y hasta a un embarazo a los dieciocho. Pero el pasado regresa con una verdad que lo cambia todo: su padre sigue vivo, y también su hermano Mix... quien, en secreto, siempre amó al mismo hombre que Peat. La obsesión de Mix destruye la relación y abre paso a un laberinto de engaños, malentendidos y un nuevo pretendiente, Pond, que promete curar heridas, pero solo aviva la confusión. Cuando el exnovio de Fort amenaza con arrebatarle a sus hijos gemelos y destruir lo que queda de su mundo, Peat deberá elegir entre rendirse al miedo o luchar por el amor que nunca dejó de pertenecerle. Porque aunque la oscuridad los rodee, Peat y Fort están hechos de la misma llama: una pasión destinada a arder para siempre. Peat! 17 femboy (Omega) Fort! 19 Rude (Alfa)
Mi bolero más prohibido __ (Nuthong) by Sweetnuttella
Sweetnuttella
  • WpView
    Reads 926
  • WpVote
    Votes 155
  • WpPart
    Parts 22
México, siglo XX. Mi querido Hong, Esta noche, mientras la luna se esconde como testigo cobarde, tomo la pluma con manos que tiemblan no de miedo, sino del fuego que me consume al pensar en ti. Escribo estas palabras sabiendo que jamás podré hablarlas, que el mundo las llamaría pecado... pero ¿cómo callar un sentimiento que nace del centro mismo de mi ser? Te amo, Hong. Tres palabras tan simples, y sin embargo, más pesadas que el mármol de todo el Zócalo juntos. Te amo con un amor que no entiende de horas ni de razones; que brota como el agua del manantial más puro, aunque el mundo entero quiera secarlo. Cada latido de mi corazón grita tu nombre en silencio, cada respiro lleva el eco de tu risa, ese sonido que para mí es más dulce que las mañanitas entonadas al alba. Nuestro amor vive entre sombras, como un jazmín que florece en la medianoche. Sé que en este México de miradas torvas y prejuicios arraigados, lo nuestro es un crimen. Que por querer estrecharte entre mis brazos, por anhelar rozar tus labios a la luz del día, podrían arrancarme la vida... y aún así, Hong, te juro que cruzaría el filo de esa navaja con los ojos cerrados. ¿Qué vale la vida si he de vivirla como un extraño de mi propio corazón? Prefiero mil muertes a fingir que no llevo tu imagen grabada en cada fibra de mi alma. Somos dos almas perdidas en un siglo equivocado. Como Pedro Infante canta a los amores truncos, así canto yo a este nuestro: imposible, prohibido, y sin embargo, más verdadero que la tierra que piso. No necesitamos bendiciones de nadie. Nuestro santuario es el rincón donde tus dedos encuentran los míos; nuestro himno, el suspiro que compartimos cuando nadie nos observa. Hasta que mis fuerzas se apaguen, hasta que el último aliento huya de mis pulmones, seré tuyo. En esta vida o en cualquier otra que exista después. Guarda esta carta cerca del pecho, como yo guardo tu recuerdo. Con el alma en llamas y eternamente tuyo.