batseye
La primera vez que la vi llorar no fue en un escenario, ni en medio de una pelea, ni siquiera en un mal día.
Fue en una habitación de hotel demasiado grande para alguien que se sentía tan sola.
No hacía frío afuera, pero dentro de ella ya nevaba.
Y yo, que siempre creí saber leerla, me di cuenta tarde de que había empezado a hablar en un idioma que no entendía.
Desde los doce años había aprendido a sonreír bajo luces cegadoras, pero ahora esas luces parecían devorarla.
Y yo estaba allí, intentando detener un invierno que no sabía cómo empezó.
No recuerdo la última cosa que me dijo antes de cerrar los ojos.
Solo recuerdo el peso de su mano en la mía.
♱♱
TW ¡!
Este relato aborda temas sensibles como depresión, suicidio, así como ansiedad y autodesprecio.
Lo leerás bajo tu propia responsabilidad. Si no te gusta o te incómoda, te pido que pases de largo.