El destino a veces juega con fuego, y esa llama puede consumirlo todo. Kant y Sand eran gemelos idénticos en apariencia, pero distintos como la noche y el día. El primero, un tatuador reconocido en la ciudad, con mirada oscura y sonrisa peligrosa, acostumbrado a conquistar sin esfuerzo y a dejar huellas -tintas y emocionales- donde pasaba. Su vida estaba hecha de excesos, de mujeres, de alcohol y de esa arrogancia que lo hacía irresistible. Sand, en cambio, era la calma tras la tormenta: cantante de voz cálida en un pequeño bar, con una dulzura innata que atrapaba sin querer. Su encanto no necesitaba palabras seductoras ni miradas desafiantes, bastaba su autenticidad para que cualquiera lo recordara. Y entre ellos apareció Ray. Un chico juguetón, atractivo, atrevido, con el veneno de la tentación corriendo por las venas. Ray no era de los que se dejaban atrapar fácilmente, disfrutaba del juego, del roce, de la provocación. Y sin proponérselo, encendió la chispa de una rivalidad que amenazaba con consumir a los gemelos. Lo que comenzó como un desafío inocente por ganarse las sonrisas de Ray, pronto se convirtió en una guerra de pasiones y secretos. Un juego peligroso donde no solo estaba en juego el amor, sino también la lealtad, la sangre y la línea que separa el deseo de la destrucción. Porque cuando dos corazones idénticos laten por el mismo fuego... alguien tendrá que arder.

Sand y Ray llegan agotados de su último festival juntos, y Ray decide dedicar su primera mañana en casa a recuperar el tiempo no invertido en el sexo durante su escapada. Los recuerdos de ambos durante aquellos 7 años de relación iran fluyendo a lo largo de las horas y, más tarde, Ray intentará ayudar a Sand a lidiar con la primera persona que odia a Sand (dejando de lado a Top): su hermana.

One-shot sobre Sand y Ray. Porque los echo mucho de menos :(.

who is it [Quién es] Alan estaba inestable por su ruptura con Wen pero tenía que cumplir sus obligaciones como gerente, justo tenía que ir esa noche con uno de los hombres que poseía más alianzas con el banco. Así que tenía que ir si o si... Más no esperaba que se encontraría con el encantador hijo de la familia de renombre, en un estado peculiar. "¿Qué tal si nos relajamos, lindo?" ¿Aceptaría o qué haría?

Alan, gerente de crédito a sus 30 años, debe realizar una tutoría a alumnos universitarios. Ray, de 23 años, cree que necesita a alguien mayor en cuanto sus miradas se cruzan, ¿la diferencia de edad será relevante ante la tensión entre ellos? historia de 3 capítulos. aclaración: ficción con diferencia de edad. Ray superó su enamoramiento con Mew, y su alcoholismo fue tratado a través de terapia y las actividades de servicio social que realizó por si solo. Sand y su historia no existen. Gaipa y su historia tampoco. no hubo infidelidad TopBoston.

El zumbido constante de la máquina de tatuar llenaba la habitación, mezclándose con el olor a tinta y cuero nuevo. Kant se inclinó sobre la piel de su cliente, concentrado, pero sus pensamientos vagaban, como siempre, hacia lo imposible: el riesgo, el juego, la emoción de lo prohibido. Siempre había sido un hombre seguro de sí mismo, un conquistador nato, y sus ojos-oscuros, intensos, observadores-habían dejado a más de una persona sin aliento. Hasta que apareció Ray. Ray entró al estudio con una confianza desbordante, una sonrisa traviesa y esa mirada que podía prender fuego a cualquiera. Su porte era impecable, atractivo sin esfuerzo, y el simple roce de su presencia aceleraba el corazón de Kant. Pero había algo más detrás de esa fachada coqueta y desafiante: un secreto que ardía en silencio, un demonio que lo consumía lentamente. El alcohol. Cada copa era un intento de controlar el mundo, cada risa eraconde un grito interno que nadie parecía escuchar. Kant lo vio, y en ese instante supo que quería más que un simple juego. Quería ese fuego salvaje, ese caos irresistible, aunque ardiera en llamas. Ray, por su parte, sintió algo diferente: una atracción que no podía ignorar, un magnetismo que lo empujaba a acercarse a alguien que podía ser su salvación o su perdición. Cuando sus miradas se encontraron, el mundo exterior desapareció. Solo quedaron ellos dos, dos fuerzas indomables destinadas a chocar, a consumirse y, quizás, a encontrar un equilibrio en medio del caos. La chispa se encendió, y desde ese momento, nada sería lo mismo. Porque con Kant y Ray, la pasión no solo se vive... se devora.

El sonido del agua golpeando contra las rocas era lo único que rompía el silencio de aquel acantilado. El cielo, teñido de rojo y dorado, parecía arder mientras el viento arrastraba consigo promesas olvidadas. En otra vida, él le había prometido que nunca lo dejaría solo. En otra vida, él había jurado que lo encontraría sin importar cuántos amaneceres pasaran. Pero las promesas, cuando se rompen, dejan un eco que atraviesa siglos. Primero fue un sueño: rostros que no podía recordar al despertar, manos que casi podía sentir sobre las suyas, un nombre que se desvanecía en sus labios antes de pronunciarlo. Luego vinieron las coincidencias... esas miradas fugaces en la multitud, ese latido acelerado ante un desconocido, como si el corazón recordara lo que la mente había olvidado. Ellos no sabían que en otra vida se amaron con la intensidad de una tormenta. No sabían que habían muerto jurándose encontrarse de nuevo. Pero el destino... el destino siempre cumple sus deudas. Y esa vez, cuando sus caminos se cruzaran otra vez, harían lo imposible por no perderse. Aunque el mundo entero se interpusiera.