Randy y Arleth se conocieron en el momento menos esperado. Al inicio todo fue risa y promesas, pero pronto llegaron los tropiezos: palabras que dolieron, miedos que los alejaron y silencios que casi destruyen lo que tenían. En medio de esa tormenta, la canción "Plática con Dios" de Gael se convirtió en su refugio, apareciendo justo en los instantes donde pensaban rendirse. Era como si esa melodía les recordara que aún había algo por lo que luchar. Tras lágrimas, reconciliaciones y la difícil elección de perdonar, descubrieron que el verdadero amor no se rinde. Y al final, mientras se abrazaban, la canción volvió a sonar como testigo de que, a pesar de todo, el amor había triunfado. Historia 100% mía. No acepto copias, ni adaptaciones.