AdrianaGuanoluisa
Amar a un villano es una experiencia tan fascinante como peligrosa. Es sentirse atraído por lo prohibido, por lo que desborda las normas, por quien no pide perdón por ser oscuro. Es encontrar belleza en sus grietas, en su historia rota, en sus razones torcidas pero humanas.
Es preguntarte si puedes cambiarlo, si él cambiaría por ti, o si simplemente estás condenada a quererlo tal como es: cruel, herido, brillante, libre.
Amar a un villano es como bailar con fuego: te puede calentar el alma... o quemarla por completo.
Sí, incluso un villano puede sanar una herida.
Porque por muy oscuro que parezca su corazón, sigue latiendo. Tal vez escondido bajo capas de ira, dolor o traición, pero late. A veces, el villano no es maldad pura: es una herida mal cerrada, una historia sin consuelo, un grito que nadie escuchó.
Sanar para un villano es tal vez el acto más valiente. Porque ha vivido en guerra consigo mismo tanto tiempo, que hacer la paz asusta más que seguir luchando. Pero cuando lo hace, aunque sea solo un poco, aunque sea en silencio... entonces, por un instante, deja de ser solo el villano de una historia. Y se convierte en humano.
Y eso, a veces, es el verdadero milagro.
"Por el incendiaría el cielo, aunque el infierno me reclame como suyo"
"Entre el odio y el amor no hay distancia, solo una herida mal cerrada"
"Lo amé con rabia, lo odié con ternura... y en medio de esa guerra, fue mi alma la que cayó rendida"
"No sé si lo quise por lo que era... o por lo que dolía amarlo"