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Meghan Dalton nunca fue el tipo de chica que encasillarías en el término perdedora. Para nada. Era bonita sin esforzarse, tenía una gracia natural para hacer reír a cualquiera y un gran sentido de la moda. Pero había un pequeño -pequeñísimo, según ella- detalle que solía espantar a la mayoría: hablaba. Mucho. A todas horas. Con todos. Sobre todo. Podía llenar el silencio más denso con palabras, opiniones, teorías, y cualquier pensamiento que cruzara su mente. Su superpoder, según sus amigos
Richie Tozier, en cambio, era otra clase de tormenta. Él no solo hablaba: entraba a cualquier lugar anunciándose, como si el mundo fuera su escenario. Con un humor tan rápido que a veces la gente tardaba un minuto en entender que había sido un chiste. Era el tipo de chico que siempre tenía una frase lista, una broma preparada y un comentario inapropiado justo cuando menos se necesitaba. Pero detrás de toda esa verborrea, Richie tenía algo claro: sus amigos eran lo más importante, y por ellos haría lo que fuera, incluso quedarse callado... aunque eso último fuese una hazaña casi imposible.
Meghan y Richie crecieron uno al lado del otro, hablando sin parar desde que podían pronunciar palabras. Eso los mantuvo juntos a ellos y al grupo de los perdedores
Pero había algo más complicado que enfrentar payasos asesinos, ruidos en las alcantarillas o desapariciones inexplicables: enfrentarse a lo que sentían el uno por el otro. Sentimientos que llevaban años empujando hacia atrás, escondiendo detrás de chistes, palabras y más palabras.
¿Podrán resolver los misterios de Derry sin morir en el intento... y además ordenar ese revoltijo de emociones que llevan arrastrando desde que tienen memoria?
Esa es la verdadera pregunta. Y responderla, claro, tomará mucho tiempo y palabras que sorprendentemente no se dicen. Perfecto para ellos.
ARCO I - en proceso
ARCO II- próximamente
ARCO II- próximamente