Daphne, la hija de Rapunzel, siempre creyó que su destino estaba escrito: un matrimonio con Chad, el hijo de Cenicienta, que aseguraría la estabilidad del reino de Corona. Desde pequeños, se les enseñó que sus vidas estaban entrelazadas por conveniencia y deber. Pero en el fondo de su corazón, Daphne nunca pudo ignorar lo que realmente sentía por Ben, el hijo de la Bella y la Bestia. Ben y Daphne siempre se amaron en silencio, compartiendo miradas cómplices y sonrisas furtivas, aunque jamás lo admitieron. Sin embargo, el peso de sus responsabilidades los llevó a caminos distintos: Daphne se comprometió con Chad y Ben comenzó una relación con Audrey, la hija de la Bella Durmiente. Ambos se resignaron a vivir sus vidas como se esperaba de ellos, ocultando lo que sentían el uno por el otro. Sin embargo, el equilibrio de sus emociones se desmorona cuando Jay, el hijo de Jafar, ejecuta un conjuro de amor sobre Daphne bajo las órdenes de la hija de Maléfica. El hechizo la hace enamorarse de él, con la intención de manipularla y robar la varita del Hada Madrina. Atrapada en una maraña de sentimientos forzados y emociones genuinas, Daphne lucha por distinguir el engaño de su verdad interior, mientras el amor de su vida permanece justo frente a ella. En un mundo donde la magia puede romper corazones o unirlos para siempre, Daphne deberá tomar una decisión: aceptar el futuro impuesto por otros o luchar por el amor que ha florecido a pesar de todo. Porque, al final, incluso las princesas deben aprender a escribir su propia historia.

Tras una pérdida que destroza su mundo, Choi Yang-mi ya no es la misma. Cuando Se-yeon, su primer amor y uno de sus mejores amigos, cae en la oscuridad de la desesperación, su muerte deja una herida imposible de cerrar. La promesa de amistad eterna entre Yang-mi, Su-ho, Seo-joon y Se-yeon se rompe en mil pedazos, y con ella, la inocencia de los días felices. Ahora, con el corazón hecho trizas, Yang-mi desaparece del mapa, dejando atrás a sus amigos, su escuela... y a Seo-joon, el chico que siempre estuvo ahí, incluso cuando nadie más lo notaba. Pero el destino no ha terminado con ellos. Años después, cuando el dolor ha dejado cicatrices, pero no ha sanado del todo, los caminos de Yang-mi y Seo-joon vuelven a cruzarse. Él ha cambiado: más maduro, más frío... pero con los mismos ojos que un día la vieron llorar. Ella ya no es la misma chica rota de antes, pero aún lleva consigo los fantasmas del pasado. Entre recuerdos, secretos no dichos y heridas que aún sangran, ambos deberán decidir si pueden enfrentarse a lo que fueron... para descubrir lo que aún podrían ser. Porque algunas promesas, aunque rotas, se niegan a desaparecer. Y algunos amores, incluso después del final, siguen encontrando el camino de regreso.