(Serán 15, uno díairo a partir de hoy 8/09/2025) Donde las cenizas aún aplauden... y nadie quiere firmar su acta de defunción. Bienvenido al Grupo de Espectros que se Resisten a Reconocer su Condición (GERRC), la única institución del más allá dedicada a terapia grupal para almas que insisten -con pasión, desesperación y a veces con memes- en que no están muertas. Dirigido por Alberto, tratante fallecido hace cinco años pero aún en funciones (porque "nadie más quiere el puesto"), este protocolo reúne, sesión tras sesión, a los muertos más creativos, negacionistas y filosóficamente confundidos del inframundo. Cada microcuento es una sesión numerada en sistema romano -porque aquí el tiempo es cíclico, burocrático y ligeramente absurdo- donde un nuevo espectro revela su negación particular: el ejecutivo que sigue recibiendo mails de marketing, la abuela cuyo gato aún la ve, el académico ofendido por un typo en su epitafio, el joven que cree que su "desconexión" es temporal... hasta el niño que teme que después de la muerte... haya deberes. Los muertos estamos vivos. Algunos vivos están realmente muertos. - GERRC, Sesión MDXC

Branch Timberlake y Poppy Kendrik, a pesar de ser vecinos, no se soportan mutuamente. ¿Qué pasará cuando un dios azteca intervenga en sus vidas y los obligue a estar literalmente en el lugar del otro? Sólo para aclarar, la historia es genderbender Broppy.

(Publicaré diariamente hasta completar 50 cuentos) Este no es un archivo limpio. Cada cuento es una mordida: a la infancia, al deseo, al duelo, a la ternura que no se pudo decir. No se ordenan, se acumulan. Como los silencios. Como los objetos que uno guarda sin saber por qué. Hay chocorramos, espejos, peinetas, vasos de leche. Hay madres que no consuelan, hijos que no lloran, parejas que se convierten en altares. Hay bestias domésticas, rituales fallidos, y gestos que nadie pidió perdón. Este archivo no busca aprobación. Solo testimonio. Y si alguna frase te incomoda, es porque te mordió donde no sabías que dolía.

Nadie vio al asesino. Pero todos lo olieron. En las sábanas de flores. En los perros calientes, en las manos del marido.