Loba_Solitaria09
En una era donde los Dioses aún caminaban entre hombres,
el murciélago sagrado, guardián de la noche, y el jaguar de fuego, hijo del sol,
se encontraron entre la guerra y el destino.
Lo que comenzó como devoción se volvió deseo, y lo que fue deseo, se convirtió en leyenda.
Entre eclipses, tormentas y promesas,
Yohualli y Yoka aprendieron que el amor también puede ser una ofrenda.
Ni los Dioses pudieron separarlos,
porque su unión ardió más fuerte que el fuego y más profunda que la sombra.
Un mito nacido del corazón.
Un amor que desafió al cielo.