pam_con_quezzoo
Ella tenía ocho años, él casi diez. Se conocieron en un taller de Taekwondo donde, lejos de flecharse, se cayeron mal desde el primer día. Lo que empezó como miradas de fastidio y pequeños roces, con los años se transformó en complicidad, cariño... y algo mucho más fuerte.
Una historia de peleas, juegos, confesiones torpes y un amor que nació sin que ninguno de los dos lo buscara.
Porque a veces, el destino no llega de golpe, sino disfrazado de un cinturón blanco y una sonrisa orgullosa.