Lo siento, no lo siento.
-¡¿Cómo me das galletas caducadas en nuestra primera cita?! -Pues... Lo siento-la chica lo miró esperanzada-. La verdad es que no lo siento.
-¡¿Cómo me das galletas caducadas en nuestra primera cita?! -Pues... Lo siento-la chica lo miró esperanzada-. La verdad es que no lo siento.