12334Agustin
Julián y Enzo fueron mejores amigos cuando eran chicos. Entre tardes de vereda, promesas a medias y un nunca te vayas que nunca se atrevieron a decir del todo, dejaron algo sin cerrar.
Años después, un reencuentro de excompañeros los pone de nuevo frente a frente: uno, exitoso, pero solo; el otro, cansado, pero con una promesa atada a la muñeca.
Lo que empezó como una amistad puede renacer en algo que siempre estuvo ahí. Si se animan. Si no se dejan romper otra vez.
Porque a veces volver es la única forma de quedarse.