brisaapaez
Elena es meticulosa, apasionada por las formas, las texturas, las ciudades que hablan sin palabras. Christopher es diplomático, literal y figuradamente: trabaja resolviendo conflictos que cruzan fronteras. Ella construye espacios; él, puentes.
Se conocieron cuando no debían y se eligieron cuando podían.
Y aunque parecían venir de mundos distintos, encontraron en el otro un refugio posible.
Ahora, después de años juntos, comparten almuerzos familiares, proyectos de vida y un departamento lleno de listas pegadas con imanes. Sus caminos -uno más firme, otro más cambiante- se entrelazan como esas estructuras que resisten porque se apoyan.
Pero incluso las casas mejor diseñadas pueden tener fisuras invisibles.
Y a veces, lo más difícil no es construir algo, sino animarse a habitarlo.