PEONÍA
Suyin ni siquiera puede recordar con claridad cuándo fue la última vez que tuvo contacto con otro ser humano. Fogonazos de su infancia, arrinconada tras el cristal de su burbuja de aislamiento con otra única niña de la que apenas puede recordar los rasgos. No se podía tocar, no se podía respirar el aire que respiraban...