MJenkins477411
Carajo, su twink anémico no existía. ¿Cómo iba a recuperarse de semejante catfish?
Le mintieron. O, más bien, omitieron partes importantísimas de la verdad, lo cual no era mejor. Información que debería darse con el primer hola, en una tarjeta, con pillidos o un jodido dibujo, lo que hiciera falta. Advertencias que Mabel necesitaba con urgencia para enfrentar las metidotas de pata que había dado.
Un duende loco golpeaba sus ventanas, al borde de escupir espuma por la boca, jurando venganza por un accidente que ella ni siquiera recordaba. Las promesas que había hecho se volvieron cadenas que exigían su atención y, lo peor, el chico que le gustaba resultó ser más hombre que chico y un mentiroso fugitivo cuyo corazón estaba a punto de detenerse si no encontraban la forma de curarlo. Que el amor de su vida, al que estaba destinada a conocer en todos los universos, estuviera a punto de morir justo en el suyo, después de encariñarse con él, era tan cruel como tratar de dejarla viuda y con un hijastro décadas mayor y que la odiaba.
Había tantas cosas mal que no sabía a dónde mirar ni por donde comenzar a desenredar aquel desastre. Solo podía alzar la vista al cielo y maldecir a Davian hasta quedarse sin aire.
-¡Toc, toc, toc!
Mabel se congeló. Sus brazos la sostenían en la barda, pero su peso la estaba arrastrando hacia abajo. Miró con disgusto el panel que apareció en el peor momento.
-A Evie Boo le da un poco de vergüenza haber revisado su bandeja de entrada hasta ahora -dijo, sacudiendo la cabeza con desgana. -El trabajo nunca termina cuando eres el mejor haciéndolo -lamentó.
El viento frío la azotó. Las manos, aferradas al borde, le dolían tanto que estaba segura de estar a punto de perder un dedo.
-¿Puedes esperar...?
-Rever Arcade ha recibido una denuncia anónima. Después de una investigación exhaustiva, jugador 211011, ha sido identificado como anomalía. Iniciando proceso de eliminación...