Rafaella_del3
- Reads 2,028
- Votes 248
- Parts 27
Phuwin siempre fue un omega obediente.
Desde pequeño le enseñaron que debía agradecer por todo: por un plato de comida, por una cama vieja, por un abrigo roto. Porque un omega de bien debía ser agradecido, incluso si lo que recibía no era cariño, sino lástima.
Cuando su padre cae en una deuda imposible de pagar, el poderoso señor Naravit exige una sola cosa a cambio: a Phuwin.
Así llega a la mansión Naravit, donde lo espera Pond, el hijo del hombre que compró su destino. Un alfa frío, arrogante, con una sonrisa que no llega a los ojos... y una novia que ve amenazas en cada sombra.
Phuwin no habla. No se queja. Solo sonríe y agradece.
Y tal vez por eso, poco a poco, empieza a romper el hielo que rodea a Pond.