Tras un par de pérdidas lo han conseguido, han escapado del laberinto que ha sido su hogar por tanto tiempo. Pero, ¿es este el final? Luna va a conocer a personas nuevas y descubrir lo que realmente pasó antes del laberinto.

Hola, soy Luna. Esta es mi historia en el mundo postapocalíptico de El Corredor Del Laberinto. Nota de la autora: Todos los fanfics de El Corredor Del Laberinto buenos son en inglés y, aunque se mucho inglés y siempre me los leo y me encantan, quería hacer uno en Español para todas vosotras que no se os da tan bien el inglés. Está en Castellano e intentaré que hayan expresiones que todas entendáis. No soy de LATAM, si tu lo eres y no entiendes alguna palabra o expresión que use, puedes preguntar por comentarios e intentaré responder cuando pueda. 🫶🏼🫶🏼🏃♀️

[AU: Donde Toga es internada en un centro de rehabilitación y Ochako es voluntaria en el mismo centro!] El edificio no parecía una prisión. Tenía ventanas amplias, muros de concreto liso pintados en tonos cálidos, y plantas artificiales colocadas en esquinas estratégicas. A primera vista, podía confundirse con una escuela pequeña o un hospital moderno. Pero Uraraka sabía que no lo era. El Centro de Rehabilitación Kyosei no Hikari era una jaula disfrazada de refugio. No había barrotes, pero sí cámaras. No había celdas, pero sí puertas que solo se abrían desde afuera. Todo allí estaba diseñado para parecer humano. Todo, excepto lo que cargaban quienes vivían adentro. Uraraka se detuvo frente al vidrio de una sala de observación. Dentro, un paciente se reía solo, sentado en el suelo. No podía escucharlo, pero la vibración de su risa parecía recorrer los pasillos. Ella cerró los ojos un segundo. No porque tuviera miedo. Sino porque, por primera vez, dudaba de si lo que hacía era heroico. Ese era su primer día. Y aún no sabía que en ese lugar, no habían locos, habían personas, personas que necesitaban ayuda y no aislamiento.