Hace un tiempo, un joven se enamoró de quien, sin saberlo, era una princesa. Nacida de la traición, fue también la misma que lo enfermó hasta arrastrarlo a la locura. Aquella dama que le mostró el amor le reveló, que también existía el odio. Y entonces, el mundo se pudrió. El régimen se apoderó del planeta, mutilando cualquier señal de esperanza. Trituró sueños y anhelos, convirtió a los habitantes en cuerpos desechables dentro de un sangriento mar de gritos ahogados. Toda felicidad quedó enterrada bajo la piel arrancada de los sacrificados. Todo por una obsesión: la princesa perdida y el niño que en su vientre anidó. Mientras el mundo gritaba en silencio, en el otro extremo surgía una resistencia, forjando soldados sin alma a base de miedo, orden y control. James, el líder que nadie eligió, y Violet, creada para ser tan bella como letal, se ven condenados a una misión sangrienta, donde la verdadera amenaza no son las armas, sino los secretos, las conspiraciones y las mentiras. Bajo el manto de la muerte, encontrarán la destrucción encarnada en el más bondadoso de los actos.