Trilogía: Delirios prohibidos [Libro 2] Después del caos, la diosa vuelve... más fuerte, más peligrosa y más decidida que nunca. Eris Duval renace de sus propias cenizas. Ahora es madre, y por sus hijos está dispuesta a desatar el infierno. Las cicatrices del pasado aún arden, pero también le recuerdan quién es. Una guerrera que no teme al dolor, al amor ni a la muerte. El enemigo sigue al acecho, consciente de que los Duval ya no están solos. La Bratva los quiere destruidos, y la guerra se ha vuelto personal. Ahora que se sabe la verdad, Vladislav está contra su propio hermano y no permitirá que le arrebaten lo que aún considera suyo. Jules Rochefort, por su parte, está listo para acabar lo que empezó. La pasión vuelve a resurgir. Nolan Rinaldi regresa más letal que antes y sigue siendo el pecado que Eris comete una y otra vez sin culpa. Aunque el destino los separó, no pudo romper el hilo rojo que los ata. Porque ni el tiempo ni la distancia pudieron apagar el fuego que arde entre ellos. Ahora hay dos vidas que los atan. Dos razones para luchar. Dos motivos para volver a pelear. La guerra continúa. Y esta vez... la diosa no piensa perder. • Todos los derechos reservados. Queda prohibida la adaptación, copia, reproducción o distribución sin autorización del autor. El plagio será sancionado legalmente. ⚠️ Contenido +21

Durante un tiempo, creyó que el infierno los había olvidado. Que el amor -ese amor que nació entre fuego cruzado y sangre derramada- podía construir algo real. Algo que valiera la pena proteger. Zahara dormía a su lado. Y los mellizos, en la habitación contigua, respiraban al mismo ritmo que su esperanza. Derek, el hombre forjado para matar, se había permitido algo que nunca pensó posible: paz. Pero la paz, en su mundo, es solo una tregua disfrazada. Un silencio antes del disparo. Una calma que huele demasiado a despedida. Él lo sabía. Ella lo intuía. Allá afuera todavía quedaban enemigos con cuentas por cobrar. Cicatrices abiertas. Juramentos rotos. Nombres susurrados entre sombras. Y si algo había aprendido en esta vida... es que todo lo que ama, tarde o temprano, le es arrebatado. > La pregunta no era si vendrían por ella. La pregunta era cuándo.