Gavi siempre fue fuego: impulsivo, terco, indomable. Pedri era calma: mirada serena, paciencia infinita... y un lazo imposible de romper. En un universo donde alfas y omegas están marcados por el destino, ellos intentaron resistirse. Pero cuando el cuerpo habla más alto que el orgullo, cuando el corazón late al ritmo de otro... no hay feromona que pueda ocultar lo inevitable. Una historia de miradas que tiemblan, vínculos no cerrados, celos en silencio y decisiones que marcan para siempre.

No todos los encuentros empiezan con una sonrisa. Algunos comienzan entre el silencio, el miedo... y un pulso que se niega a detenerse. Dos caminos que jamás debieron cruzarse, lo hacen donde la vida y el destino se ponen a prueba. Porque a veces, las historias más intensas nacen justo cuando parece que todo está por terminar