En Hollywood, fingir es fácil. Lo difícil es cuando la química en cámara se vuelve real. Madison Mora quiere demostrar que no es solo "la hija de Salma Hayek". Malachi Barton, el chico estrella, no está acostumbrado a que alguien le lleve la contraria. El set de Netflix será su mayor prueba: entre chispas de rivalidad y miradas que no saben mentir, descubrirán que el corazón no sigue ningún guion. TikTok- malachiwtlm No sexualizo personajes. No acepto copias ni adaptaciones. Trato de subir capítulos diarios. Perdón si llegan a ver faltas de ortografía.

Emma solo quería disfrutar de sus vacaciones en Italia, pero un tropiezo en el avión con un chico desconocido cambia el rumbo de su viaje. Lo que parecía una simple coincidencia se repite una y otra vez: en el hotel, en una terraza... y sin saberlo, Emma empieza a acercarse a alguien que guarda un secreto mucho más grande de lo que imagina.

Camila, una actriz mexicana participará en la película Zombies 4, jamás pensó que su mayor obstáculo sería un estadounidense egocéntrico, bastante coqueto... y malditamente guapo. Malachi un actor estadounidense que estará protagonizando a un personaje en zombies 4 no está acostumbrado a que lo rechacen. Pero desde el primer momento que la vio, supo dos cosas: 1. Ella no lo iba a soportar 2. Esa chica iba a ser su nuevo vicio ¿Qué pasa cuando el chico más encantador del set se obsesiona con la única que lo detesta? Entre diálogos, escenas falsas, miradas reales y besos que no estaban en el guión... la línea entre acción y atracción se vuelve peligrosamente borrosa.

Morella Méndez, una chica argentina de La Plata con una vida bastante normal, vive entre entrenamientos, estudios y una agenda que nunca le da descanso. Todo cambia cuando un simple mail llega a su bandeja de entrada... uno que le cambiaría la vida para siempre. De pronto, se encuentra en Los Ángeles, en medio de un sueño que parecía imposible. Pero nada la prepara para chocar -literalmente- con Malachi Barton, el chico que va a desordenarle todos los planes. A él lo volvió loco su forma de ser: su locura, su inestabilidad, sus caprichos. A ella, lo que la enamoró fue que él supiera ver más allá del caos. Una historia sobre sueños, amor y todo lo que pasa cuando el destino decide jugar con vos. 💌✨

Emma estaba lista para empezar su nueva vida en su antigua ciudad natal. Después de dos años en Italia, se sentía lista para abordar el reto con ilusión. Su primera misión era encontrar a ese niño que había conocido cuando tenía ocho años. Aunque no recordaba su nombre o su edad, su sonrisa y sus ojos café estaban grabados en su memoria. Su segundo objetivo era intentar formar parte de su franquicia favorita de cuando era niña. Malachi, quien había empezado su carrera actoral desde muy pequeño, nunca se imaginó que volvería a toparse con esa niña a la que había visto solo una vez hacía 8 años, y que había provocado que él quedará flechado. La imagen de su sonrisa y su cabello rubio era un recuerdo que no podía borrar. Sin embargo, el destino parecía tener otros planes para ellos dos. ¿Quién habría imaginado que ocho años más tarde se volverían a topar?

Las calles de Los Ángeles parecían brillar más de lo habitual bajo las luces de neón que adornaban cada esquina. Sin embargo, para Madison Blake la ciudad nunca había tenido ese resplandor prometido en las películas. A sus dieciocho años ya cargaba con más responsabilidades que la mayoría de las personas que conocía. Mientras otros chicos de su edad soñaban con universidades, fiestas o viajes, ella pensaba en horarios de trabajo, en cuentas por pagar y en cómo lograr que su hermana pequeña, Hailey, creciera sin sentir el vacío que habían dejado sus padres. Hailey tenía apenas un año, y Madison la había convertido en el centro de su vida. Se levantaba cada mañana con el sonido de sus risas, y aunque el cansancio de las noches en el bar se reflejaba en sus ojos, bastaba una sonrisa de la bebé para recordarle por qué valía la pena. El amor, los romances y los impulsos propios de la adolescencia eran lujos que Madison nunca se había permitido. No tenía tiempo para ilusionarse, y mucho menos para equivocarse. Su mundo estaba dividido entre el trabajo nocturno y las responsabilidades de ser, en la práctica, una madre a tan corta edad. Hasta que él apareció. Malachi Barton, con esa sonrisa capaz de desarmar cualquier escudo y una paciencia que parecía hecha a medida para ella. Él no conocía del todo sus batallas, pero tenía una forma única de mirarla, como si viera más allá de las cicatrices invisibles que Madison escondía. La vida estaba a punto de demostrarle que, incluso en medio del caos, siempre hay espacio para que la esperanza -y el amor- encuentren un lugar donde florecer.