Sebastián tiene una lista de reglas de oro en la oficina: no discutir, no destacar, y mucho menos enamorarse. Y él rompió las tres. Mientras se esfuerza por mantener la compostura en un entorno que lo abruma, su mundo perfectamente contenido se tambalea con la llegada de William, su nuevo supervisor: un hombre directo, exigente, y tan intimidante como imposible de ignorar. William es todo lo que Sebastián evita. Y, sin embargo, también es quien -sin saberlo- tiene la extraña habilidad de leerlo, provocarlo... y poco a poco, derretir las defensas que Sebastián ha construido para sobrevivir. PROHÍBIDO CUALQUIER ADAPTACIÓN DE ESTA HISTORIA, CREADA POR MI PERSONA 09/2025