Estoy junto a Franco, mi crush de años que ahora es mi prometido y futuro esposo. Vivimos nuestro cuento de hadas, todo es perfecto. Pero no se, algo se siente mal. Hay espacios en negro en mis recuerdos, voces que susurran sin dejarse entender, destellos de dolor que atraviesan mi cuerpo en medio de total calma. A veces, sin darme cuenta, atravieso un umbral... y el color de rosas se vuelve más tenue, más frío... más ajeno. Y una sensación constante de que esto no es real, de que el suelo bajo mis pies se vuelve más inestable con cada paso. Lo que aún no sé es que quizá nada de esto esté ocurriendo... que esté más lejos de casa de lo que puedo imaginar. ¿A donde pertenezco?

Nunca pensé que salir con alguien cinco años menor me haría revisar mi cara en el espejo buscando arrugas... Pero así es amar a Franco. Un argentino, incansable, encantador y joven. Con 22 años recién cumplidos. Yo solo quería seguirle el ritmo. Quería demostrarle que todavía puedo bailar hasta el amanecer, entrenar como él, vivir como si tuviera 22 otra vez. Spoiler: terminé desmayado en su cumpleaños.

En un reino donde las apariencias lo dictan todo, Charles, el rey consorte, soporta la indiferencia de su esposo y las humillaciones de la corte. Ha aprendido a reinar en silencio... hasta que un joven sirviente irrumpe en su vida. Franco, un omega de belleza inesperada y aroma prohibido, despierta en él un deseo primitivo, imposible de contener. Entre deber y pasión, Charles descubrirá que hay instintos que ningún poder puede sofocar.