Liligbear
Hinata Shōyō y Kageyama Tobio se conocen en una cafetería llamada "Sun Texture", un lugar cálido, con ventanales de madera, cortinas beige y música suave, donde Shoyo trabaja sirviendo café con un delantal de lino. Allí comienza la historia:
Una mirada. Una taza humeante. Una conversación sin palabras.
Y poco a poco, un amor que arde con la misma suavidad con la que se destruye.
Ambos cargan con la herida invisible de la adicción, oculta entre sus dulces gestos. Consumen heroína, con jeringas escondidas bajo libros de poesía y discos de vinilo. Pero en lugar de convertir esta historia en tragedia desde el inicio, el relato se centra en la ternura entre ellos, el calor del hogar que construyen juntos, el amor que florece a pesar del veneno.