Después del incendio que lo cambió todo, los hermanos Lynch son acogidos por los Kavanagh, una familia que no estaba preparada para cargar con tanto dolor... pero lo hizo de todos modos. Tadgh Lynch no confiaba en nadie. Guarda rencor, cicatrices y una rabia muda que quema más que el fuego que casi lo mata. Vive aislado, encerrado en su propio muro de silencio y desprecio. Altea Kavanagh acaba de de regresar a casa tras años fuera. El alta, amable, educada... y completamente inofensiva, según todos. Pero bajo su apariencia perfecta, esconde un secreto tan terrible que, si alguien lo descubriera, no volvería a verla igual. Y cuando estas dos almas rotas se ven obligadas a compartir techo, comienza una guerra fría que pronto se convierte en algo mucho más profundo. Pero un hogar lleno de traumas, heridas abiertas y secretos enterrados, no todo puede seguir oculto para siempre. Porque a veces, lo más peligroso no es lo que ocurrió... sino lo que aún no ha salido a la luz.

Aina Walsh piensa que va a morir en esa casa. Que nadie va a salvarla. Que ella tendrá que hacer todo sola. Hasta que él llegó. Tadhg Lynch comienza su primer año en Tommen, después de que sus padres murieran. Él se siente solo. Todos sus hermanos lo superaron. Pero él no. Piensa que no se merece a nadie. Hasta que llega ella.