Juls1401
Todo comenzó cuando las estrellas campaban a sus anchas en el cielo y... En realidad, no fue así. Comenzó un día vulgar, un día cualquiera diría yo. Todos salíamos tranquilos y cansados del instituto. Me disponía a subir a ese atestado autobús que olía a muerto y a vertedero. Me senté y vi un sitio escondido al fondo del autobús. Ahí estaban, sí, ahí estaba Manuel, el niño que nunca asistía a clase y cuando venía estropeaba todas las explicaciones posibles. No entiendo que hace aquí. Hoy no ha venido y ahora esta aquí sentado al fondo liándose un porro. Que asco.
Cuando me siento veo a esas pequeñas que hoy me han ayudado a llevar papeles a clase y ahora tendrán que volver a casa andando. No, no estoy dispuesta a permitir eso. Sin pensarlo me monto a cada una en una pierna y el autobús se pone en marcha. Se acuerdan de mi, cuando las cojo empiezan a reírse sin parar y a mí me hace gracia. La sonrisa de esa pequeña con gafas me distrae. Es alucinante y me encanta. Cuando llegamos a su parada y se baja arranca hasta el último trozo de mi alma y se la lleva consigo. Ella ha conseguido que este espantoso olor se convirtiese en olor flores frescas.