Kalvarez5_
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En el Club América, las rivalidades no solo se viven en la cancha. Leah Hayes, la nueva estrella de la femenil, llegó desde Estados Unidos con una actitud desafiante, talento de sobra y cero intenciones de agradar a nadie. Mucho menos a Kevin Álvarez, el lateral titular de la varonil, quien no soporta su arrogancia ni su costumbre de opinar donde nadie la llamó.
Desde el primer cruce de palabras, la tensión entre ellos es evidente: se detestan, se contradicen, se provocan. La convivencia obligada en eventos del club, entrenamientos compartidos y una campaña publicitaria que los une, solo sirve para encender más la chispa. Cada discusión es un campo de batalla. Cada mirada, un desafío. Pero lo que ninguno de los dos quiere admitir es que, bajo el odio, hay algo más intenso creciendo a fuego lento.
Porque a veces, el problema no es que alguien te saque de quicio... sino que te den tantas ganas de callarlo con un beso.