Este libro nació el día en que entendí que algunas heridas no sanan... solo aprenden a no doler tanto. Es lo que quedó de mí después de noches silenciosas, despedidas que nunca pedí y personas que dejaron marcas más profundas que sus pasos. Escribí estas páginas cuando ya no tenía a quién contárselas, cuando el corazón todavía temblaba pero la voz empezaba a hacerse fuerte. No menciono nombres porque no quiero señalar a nadie; al final, cada quien deja cicatrices a su manera. Esta es solo mi versión, la más honesta que pude recoger de entre los pedazos. Aquí hay nostalgia, pero también claridad. Hay recuerdos que duelen, pero que me enseñaron quién no quiero volver a ser. Hay vacíos que aprendí a respetar, y silencios que por fin dejé de justificar. Si decides leer esto, quizá encuentres algo tuyo entre mis líneas: un duelo que no cerraste, una historia que te rompió, una versión de ti que extrañas. No prometo consuelo. Solo verdad. La mía. La que por años escondí y que ahora, por primera vez, me atrevo a compartir.