Joss_MQ
El Club de los Perdedores se dispersó como si el pueblo mismo los hubiera expulsado. Promesas rotas, despedidas rápidas y maletas hechas a medias. Todos se fueron... excepto Bill Denbrough y Richie Tozier.
No porque quisieran quedarse, sino porque nadie parecía dispuesto a dejarlos ir.
Hasta que la verdad salió a la luz.
Richie descubrió que la mujer a la que había llamado madre durante años no lo era. Su verdadera madre vivía lejos, en un pueblo llamado Hawkins, y estaba dispuesta a recibirlo aquel verano. Bill, aferrado a la idea de no volver a sentirse atrapado, se unió a él. Contra todo pronóstico, los padres aceptaron.
Hawkins prometía ser un respiro.
Un lugar tranquilo.
Un nuevo comienzo.
Pero desde el primer día, algo fue distinto.
Hacer amigos resultó más difícil de lo esperado. Las miradas curiosas, los silencios incómodos, la sensación constante de no encajar. Nadie se acercaba... nadie, excepto Will Byers.
Callado. Observador. Con una sonrisa tímida que parecía entenderlos sin hacer preguntas.
Y así, casi sin darse cuenta, Bill y Richie comenzaron a orbitar alrededor de él.
Lo que ninguno de los tres sabía era que Will ya tenía una historia detrás. Un pasado compartido con Mike Wheeler, un amigo que se había ido alejando desde el verano anterior, desde que una chica llamada Jane Hopper llegó a Hawkins y cambió el equilibrio de todo.
Celos. Dudas. Miradas que duraban un segundo de más.
Y una guerra silenciosa por la atención de un chico que nunca pidió ser el centro de nada.
Cuando los amigos descubran la verdad -que no es uno, ni dos, sino tres corazones apuntando al mismo lugar-, decidirán intervenir a su manera.
Bandos. Estrategias. Planes ridículos y peligrosamente emocionales.
Lo llamarán "Cupido al rescate".
Y entonces quedará claro que, en Hawkins, preocuparse por entidades demoníacas quizá no era el verdadero problema.
El verdadero peligro... era enamorarse.