El mundo ardió volviendo cenizas a una mujer hecha para pecar. Ahora la lascivia le ha dado paso a una latente lujuria dispuesta acabar con lo que queda. Rachel James resurge enfrentándose a dos bestias que están dispuestas a todo por ella. Las cartas están en la mesa, un cargo está en juego y la teniente James debe prepararse para un nuevo duelo. Si te gusto Lascivia amaras Lujuria. *Advertencia: contenido adulto (+21) *Contiene escenas sexuales explícitas y lenguaje fuerte. ¡Lujuria está disponible en librerías! TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE CON EL CÓDIGO 1806097343155. PROHIBIDA SU COPIA PARCIAL O TOTAL. Copyright © Eva Muñoz, 2018.

Lo mejor está por venir. |Terminada| #50 en DeTodo: 22/02/17 #1 en Reflexiones: 14/08/18 #1 en Frases: 17/01/19

[Información recibida] Sujeto: Aleksandr Kovalev, espía ruso, altamente peligroso. Localizado como: "Nick". [Activar misión] [Enviando agente] ___ *Por Viviana Valeria V. [Por culpa de un Ricoy #4] Historia anteriormente llamada: Llámame Nick.

¡¡¡¡¡¡¡¡ESTE LIBRO YA ESTÁ A LA VENTA EN FÍSICO EN TODA ESPAÑA Y VÍA ONLINE PARA EL RESTO DE PAÍSES!!!!!!!! Ediciones MR Grupo Editorial Planeta _________________________________________ Clara está duchándose y hablando con su gel cuando de pronto una voz interrumpe su tranquilidad. Ella piensa que es un ángel que ha venido a buscarla, pero es su vecino, Thiago, que le habla desde la ventana del baño. Después de este primer encuentro un tanto desastroso, la aventura continúa en la ducha en citas en las que Clara y Thiago irán conociéndose poco a poco y ayudándose en lo que pueden, teniendo en cuenta que se hablan a través de una ventana. ¿Y el amor? Clara tiene un novio, Áxel, un chico nada agradable con el que ya lleva cinco años; a su vez, Thiago también tiene pareja desde hace seis años. ¿Pero qué sucede cuando esos minutos nocturnos de conversación en la ducha se convierten en lo más esperado del día?

Asentí con la cabeza, consiente de que tal vez no vería mi gesto, y como una nena pequeña que asustada corre a resguardarse dentro de las cobijas, me adentré en la cama. Podía sentir un cálido y electrizante calor irradiando de Alexander, quien se encontraba a un lado mío, provocando que mi corazón se acelerara a una velocidad casi imposible. Y entonces, pude enfocarlo a la perfección, una vez que mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad de la habitación. Estábamos rostro a rostro, a escasos centímetros de distancia el uno del otro, y mi rodilla rozaba casi imperceptiblemente su pierna. Pude ver como Alexander sonreía débilmente. -Respira, Kate -dijo con voz suave. Todos los derechos de esta historia reservados a Andrea Ameneyro. OBRA REGISTRADA en Safe Creative bajo el código: 2008084964919 y en INDAUTOR bajo el código 03-2023-101912030000-01

Desde el día que lo conocí sus ojos me habían echisado había creado mil historias en mi cabeza pensado como sería estar con el ser su novia pero todo eso cambio con una caricia para olvidarme de todo y terminar convirtiendo en su amiga con derechos todo se resumía en el y yo en una cama donde nos olvidavamos de todos donde sólo importaba la necesidad de estar con el de complacer cada una de sus fantasías entregarme en cuerpo y alma pero cuando salíamos de esas cuatro paredes éramos sólo unos desconocidos bueno eo tratábamos de fingir que cada vez era inevitable fingir que no había nada entre nosotros nadie sabía nos veíamos ni lo que hacíamos aún nose por que continúe con esa idea de sólo estar con el creí que se enamoraria de mi y la dejaría si ingenua de mi pero no fue así sólo termine enamorandome más de el y con el corazón más que roto Cada vez me costaba fingir que no lo quería, mi máscara estaba apunto de caerse y tenía miedo a que en cualquier momento me dejará me comían los celos cuando lo veía con su novia quería gritar y decirle que era mio pero tenía miedo de perderlo ya no sólo era una constante lucha por no enamorarme más sino el que nose fuera el que decidiera dejarme y mandar todo al demonio por que aún que fuéramos sólo amigos con derechos yo a el lo amaba y aria que el también