Nido de víboras
Despierto sudando frío y con mil pensamientos en la cabeza. Hoy comienza el tortuoso camino para el que me han preparado desde que tengo memoria. Desde que mi padre decidió hacer de la política su vida. Yo aún no nacía, y ya mi destino estaba sellado. Pero mi madre siempre fue la mente maestra. Doña Felicia, así le di...